Requisito inicial

Lo esencial es invisible a los ojos
Lo esencial es invisible a los ojos

El peregrino necesita ojos y corazón de hombre simbólico, sagrado. Ojos de El Principito para ver que lo esencial es invisible a los ojos; para percibir que la cambiante y efímera realidad de este lado es lo no real; que la pura realidad es la que está al otro lado y cuya percepción provoca la fascinación del estremecimiento. Son imprescindibles esos ojos en el Camino a Santiago. Lo más imprescindible en la mochila.

Con esos ojos nuevos, que irán ganando lucidez día tras día, puedes cambiar la perspectiva: no eres tú el que va a meterse en el Camino, es el Camino quien va a entrar en ti. El es quien va a marcar el ritmo, te va a llevar en un indefectible itinerario hacia lo más consciente de tu propio interior.