No se puede salir de Calzada de Béjar sin antes beber y tomar agua de su rica fuente. El camino discurre por tierras de castaños, robles y fresnos, serpenteando entre algunos recuperados miliarios, hasta Valverde de Valdelacasa. Es un pequeño pueblo rodeado de cinco cruceros, cuyo patrón es Santiago, que encontraremos en su iglesia de curiosa espadaña. Poco después, llegaremos a Valdelacasa, pequeña localidad sobre un collado, que dispone de algunos servicios. Y más adelante, de nuevo por la recuperada calzada, a Fuenterroble de Salvatierra. En esta población, disfrutaremos de su restaurada iglesia fortaleza, y junto a a ella, de un pequeño jardín arqueológico, con varias tumbas, paneles explicativos y una reproducción de la construcción de la calzada. Pero, sobre todo, en Fuenterroble de Salvatierra, donde nadie es forastero pues es éste uno de los pueblos más hospitalarios de la Vía de la Plata, disfrutaremos de una reconfortante acogida y de la amabilidad de sus gentes.