Se accede a Galicia a través del puente internacional, que une las localidades de Valença (Portugal) y Tui (España), cruzando el caudaloso río Miño. Nos adentramos en el casco histórico de Tui a través de las avenidas de Portugal. Pronto llegamos al Parador de Turismo. Un mojón nos informa de que restan 115,4 km hasta Santiago. El encanto de Tui —una de las siete capitales del Antiguo Reino de Galicia, declarada conjunto histórico artístico en 1967— se respira en cada una de las rúas, callejas y pasadizos de su noble casco histórico, un dibujo urbano medieval presidido por el románico y el gótico de su catedral de Santa María. Nos vamos acercando al templo por las calles Bispo Maceira y Baixada ao Arrabalde de Freanxo. El itinerario continúa por la Travesía do Hospital, Praza do Concello, el convento de las Clarisas y las calles Tide y Antero Rubín. Antes de abandonar la ciudad, el Camino pasa por las calles Cóengo Valiño y Calzada, en dirección al parque de San Bartolomeu, donde está la hermosa iglesia prerrománica del mismo nombre. Por el valle del río Miño nos dirigimos al puente medieval conocido como Ponte da Veiga; un poco antes y sin cruzarlo torcemos a la izquierda y llegamos, entre bosques, a la vía del tren y a la carretera N-550. La ruta avanza por la capilla de A Virxe do Camiño, Paredes de Abaixo y el emblemático puente de San Telmo, llamado Ponte das Febres. Merece la pena que nos detengamos en este punto; una sencilla placa recuerda: "Caminante: aquí enfermó de muerte San Telmo, en abril de 1246. Pídele que hable a Dios en favor tuyo". Es patrón de Tui y de Frómista (Palencia) y murió aquí cuando se dirigía a Compostela. Una vez rebasado este, transitamos por un frondoso bosque conocido como A Ribeira. Llegamos a la aldea de A Madalena, iglesia de Santa Columba de Ribadelouro; llegamos a otro puente medieval, el de Orbenlle sobre el río Louro. El río Louro divide los municipios de Tui y O Porriño. Pasado el puente y con ligera subida para superar el antiguo "paso de invierno" alcanzamos Orbenlle; desde aquí podemos continuar por Os Eidos o por As Gándaras. A lo lejos se divisan las canteras de granito que han hecho famoso este lugar (el conocido como “granito rosa”, que se exporta a países como Japón o los Estados Unidos). Lo más recomendable es tomar la pista que sale a nuestra izquierda y descender hacia el río Louro pero esta opción la describimos en la variante. El camino acomete el paso más directo a través del polígono industrial de las Gándaras de Budiño. Vamos avanzando, con paciencia, durante tres kilómetros en recta, sin alternativa ni sombra y, después de la capilla de Nuestra Señora da Guía, entramos en Porriño. Entramos, por la calle Manuel Rodríguez, en el pujante municipio de O Porriño. Este ayuntamiento, cuyo origen está íntimamente relacionado con el Camino de Santiago, es en la actualidad una importante villa industrial, de las de mayor crecimiento demográfico de la provincia de Pontevedra. Su paisaje urbano nos regala hoy la obra del arquitecto Antonio Palacios, nacido aquí en 1874: pasamos ante el Palacio Municipal, una de sus grandes creaciones (1924). Muy cerca de la ruta se alzan el templete de la red de San Luis, la "Fonte do Cristo" —una de sus primeras obras, de 1907— o la farmacia Palacios (diseñada en el año 1912 para su hermano José).