Salimos de Alagón por la avenida de la Portalada, cruzando la carretera A-126 y continuando de frente hasta encontrar una bifurcación en la que continuamos por la derecha, dirigiéndonos hacia las vías del ferrocarril, las cruzamos y, tras ellas, la autopista Vasco-Aragonesa AP-68; ya en la otra parte tomamos hacia la izquierda por una carretera que nos acerca a los meandros del río Ebro. Al llegar a ellos la carretera se bifurca y nosotros continuamos por la derecha, más cercanos al Ebro, pegados a la extensa arboleda de Cabañas del Ebro, población a la que entramos por la avenida de Joaquín Costa. Cabañas del Ebro cuya iglesia parroquial está bajo la ad-vocación de San Ildefonso y es obra barroca de ladrillo, del siglo XVII, de una nave y capillas laterales entre los contrafuertes. Su torre, desmochada, sólo conserva el cuerpo inferior y el inicio de un segundo, octogonal. Es fácil de recorrer, por la calle Mayor y el Camino de Alcalá nos acercamos a las orillas del río y continuamos nuestro Camino. En la siguiente curva del río el camino se bifurca, en este caso nosotros tomamos de frente, alejándonos temporalmente del Ebro, cruzamos la acequia del Mojón y pasamos junto a la Finca Insula de Barataria. El Camino continua hasta desembocar en otro que lo cruza perpendicularmente y por el que giramos a la derecha para dirigirnos a la cercana Alcalá de Ebro En ésta villa se sitúa el famoso pasaje que hace referencia al regalo que Don Quijote hizo a su fiel escudero, Sancho Panza, de la Insula Barataria, por la que pasamos anteriormente, lugar éste donde ejerció su gobierno. Cuando el río crece, aísla totalmente el citado promontorio, convirtiéndolo en una “Insula”. Entramos en Alcalá por la calle de Don Miguel de Cervantes y continuamos por el Camino Real que desemboca en el Ebro, donde tomamos por el Camino de la Estación que, bordeando la orilla nos lleva hasta un punto en el cual se aleja del cauce y comienza una ligera subida que nos conduce a Luceni. La alta chimenea de la azucarera de Luceni nos sirve de guía. A nuestra derecha, al fondo, han ido desapareciendo los costerones del Castellar y apareciendo una pequeña cordillera salitrosa. A mitad de ella, se divisa la ermita del Cristo de la Cueva, sobre el pueblo de Remolinos. Luceni se situa en una gran llanura junto al Ebro y el Canal Imperial, junto al cual aparece un almacén del siglo XVIII, construido para las necesidades del mismo. Posee una bella iglesia parroquial del siglo XIII, gótica, de mampostería reforzada en las esquinas con sillería. Su titular, la Virgen de la Candelaria. Antes de entrar en Luceni pasamos junto a un aglomerado de casas de labranza e industriales, y por un paseo arbolado vigilado por pequeños chalets entramos en Luceni por la avenida de San Juan de la Peña y calle de Daoiz y Velarde hasta la Plaza de España y salimos por la calle de Ramón y Cajal, junto a la abandonada fábrica azucarera cuya Chimenea se mantiene en pie, por el Camino Real. Llegamos a una rotonda, junto a un campo de fútbol y continuamos por la izquierda, por una larga pista asfaltada, a unos tres kilómetros salvamos el Barranco del Soto y continuamos avanzando hasta alcanzar una rotonda que facilita el cruce de la carretera A-127, continuamos de frente y, tras atravesar unas naves industriales, nos acercamos al Canal Imperial de Aragón, entrando en Gallur por la calle Camino Real hasta la Plaza de la Justicia.
Poblaciones, Servicios y Albergues
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