Empezamos la 2a etapa enfrente de la iglesia del Poblenou y salimos del pueblo por la carretera de la Ràpita - Poblenou en dirección a la Ràpita.
Tan sólo a 800 m, cuando llegamos al cementerio del Poblenou, dejamos la carretera asfaltada y giramos a la izquierda en dirección a la bahía dels Alfacs para seguir por un vial de tierra que evita, en lo posible, caminar por la carretera hacia la Ràpita, conocida como “carretera de la vergüenza” por su extrema peligrosidad. Este camino nos llevará durante 2,5 Km hasta encontrar de nuevo la carretera de la Rápita - Poblenou para poder cruzar el puente, donde la laguna de la Encanyissada desemboca en la bahía dels Alfacs.
Desde este puente podremos observar el sistema de pesca llamado pantena, que se lleva a cabo durante los meses de octubre a febrero; asimismo podemos ver la Casa de Pescadores, donde viven de forma permanente los que, por sorteo, realizan esta actividad durante esos meses. Debemos continuar con mucha precaución por esta carretera durante 600 m, punto en el que la dejaremos para continuar por un camino de tierra a la derecha durante 1,3 Km, en que volveremos a tener que caminar con mucha precaución por la carretera de la Ràpita - Poblenou durante un 1 Km, punto en que finalmente dejamos de forma definitiva esta carretera.
Entramos en la Ràpita por la avinguda dels Alfacs hasta llegar a la Oficina de Turismo dónde podremos sellar la Credencial. El Camino está jalonado por unas placas doradas, alusivas al Camí de Sant Jaume, que se encuentran en el pavimento.
Siguiendo las indicaciones del Camino llegaremos a la plaça del Coc, donde podremos desviarnos unos metros por el carrer del Convent, para ver los restos del antiguo Convento de la Orden de San Juan de Jerusalén, que desde el siglo XII hasta mediados del siglo XVI sirvió de hospital para atender a los peregrinos que llegaban por el Port dels Alfacs.
Dejamos la Ràpita y seguimos el Camino hacia Amposta, que transcurre, hasta llegar a la capital del Montsià, por el borde del Canal Marítimo, que en el año 1780 y por orden del rey Carlos III, fue empezado a construir, con la finalidad de poder comunicar el río Ebro, a su paso por Amposta, con el Port dels Alfacs de la Ràpita.
A los 17,3 Km aprox. encontramos los vestigios de una de las tres esclusas que se construyeron a lo largo del recorrido del Canal Marítimo, para poder hacerlo navegable. Allí mismo, a la izqda. podemos ver los restos de unas instalaciones de turbinas de agua para una fábrica de papel, que debían funcionar con el agua procedente del canal de navegación que se encuentra a su lado, pero que, por el poco desnivel que tenía el agua, no llegó a funcionar. Actualmente están en proceso de rehabilitación.
En ese mismo punto kilométrico, encontramos a la derecha un pequeño camino de 500 m que nos lleva a una zona del Parc Natural de Delta, donde se encuentran los Ullals de Baltasar. Estos son manantiales permanentes de agua subterránea, procedente de los acuíferos de la sierra del Montsià y els Ports. En ellos podemos observar una variada fauna, (tortugas y samarucos entre otros) y una exuberante vegetación, siendo el único lugar de Catalunya donde pueden encontrarse nenúfares naturales.
También encontraremos las torres de defensa de Poques Salses y Forxerón, del siglo XVI. Continuamos nuestro camino hacia el final de etapa y al entrar en la ciudad de Amposta, podemos ver una gran chimenea de ladrillo, llamada Molí d’Adell, resto de uno de los muchos molinos de arroz que existían en la ciudad, que, a principios del siglo XX, tuvieron un papel muy importante en el desarrollo social e industrial de la villa.
Continuando por el carrer Francesc Riocabo, pasamos por delante del antiguo matadero municipal, hoy reconvertido en la Oficina de Turisme Municipal hasta llegar al passeig del Riu, desde donde podemos ver la impresionante imagen del Pont Penjant de Amposta, empezado a construir en 1915, finalizando su construcción en 1921. Es el segundo puente colgante del mundo construido con el sistema de hormigón armado, después del puente de Brooklyn de Nueva York, en el que se inspiró su diseñador, el ingeniero José Eugenio Rivera.
El recorrido urbano del Camino está señalizado por placas cerámicas, vieiras con trazos azules, instaladas en 2005. Al acabar el paseo del río, se encuentra nuestro final de etapa, el Albergue de Peregrinos, inaugurado en octubre de 2021.