Se sale de Torrijos desde la Colegiata, por la calle del Doctor Cifuentes, Buena Dicha, San Gil y calle Ancha, y se sigue la carretera N-403 hasta la rotonda, a la altura de Desguaces La Paloma se cruza la carretera y se entra en la vía de servicio, por delante de Desguaces Gregorio. Sin dejar este camino se llega a Val de Santo Domingo. Se entra por la calle Doctor Fernández Ferrer y José Antonio.
SANTO DOMINGO CAUDILLA
El recorrido está marcado con cerámicas con vieira.
Forma parte de la comarca de Torrijos. Esta población procede de la unión de los pueblos de Val de Santo Domingo y Caudilla. Val de Santo Domingo perteneció al señorío de Maqueda. En el siglo XII ya se documenta la existencia de este pueblo.
En 1216 se cita el pago de Val de Santo Domingo, en un documento mozárabe. Su situación entre dos cañadas de merinas, La Segoviana y el Camino Real de Madrid, debió ser determinante en el origen de este pueblo. Caudilla, fue tierra repoblada por castellanos viejos en el siglo XII. En la villa se aposentó Enrique IV en su camino hacia Toledo, en el siglo XV.
Está aproximadamente a una hora de camino. La iglesia parroquial dedicada a Santo Domingo de Silos, es renacentista del siglo XVI. La ermita de Santa Ana es del siglo XIII.
Desde la Iglesia se busca el Camino del Arroyo. Un poco más adelante se cruza la autovía por paso elevado. De frente se divisa la meseta y recortado al fondo el monte Alamín; se cruza la Vía Pecuaria que va de Este a Oeste y se sigue hasta llegar a un cruce de cuatro caminos, donde se elige el de la izquierda pasando por delante de una granja. Unos metros más adelante encuentras un cruce de caminos: el que sigue de frente sale a la carretera; y éste es el que se sigue, asfalto durante un kilómetro y medio por la carretera de Toledo, N-403; en la rotonda se cruza la carretera de Extremadura, se sigue por la izquierda, se pasa por debajo de la A-5; en la siguiente rotonda, la segunda salida a la derecha, calle carretera de Ávila.
MAQUEDA
El recorrido está marcado con cerámicas con vieira.
Se entra por la carretera de Ávila, calle Huertas y Plaza de la Constitución.
Esta pequeña población es una villa llena de monumentos y nos sorprende gratamente el recorrido por sus calles. Es de origen romano, y posteriormente fue importante plaza musulmana. La voz Maqueda es de procedencia árabe y puede significar “firme” o “plaza fuerte”. Fue capital del Ducado de su nombre. El castillo fue edificado en el último tercio del siglo XV y perteneció a Don Gutierre de Cárdenas. El torreón de la Vela es resto de la antigua fortaleza árabe. Posee Rollo jurisdicional del siglo XV.
La Iglesia de Santa María de los Alcázares queda enfrente del Castillo. Las torres formaron parte del sistema defensivo de la población. La capilla bautismal tiene bóveda mudéjar y un capitel romano del siglo I se ha aprovechado como pila del agua bendita. La patrona de la villa es Nuestra Señora del Otero o el más conocido de Nuestra Señora de los Dados, este nombre se le da porque en la ermita se encontraron dados de diferentes colores. Tuvo dos hospitales: el de San Ildefonso y otro llamado de Santa Cruz para los peregrinos.
El Lazarillo de Tormes, Lázaro, sufrió aquí un apaleamiento por parte del cura de Maqueda y tuvo que pedir limosna por los pueblos vecinos para subsistir.
Como curiosidad hay que decir que el escudo de la población está rodeado de vieiras.
Hay que coger agua antes de salir, ya que es difícil de conseguir antes de llegar a Escalona. Se sale siguiendo la carretera vieja. A unos 100 metros se coge el camino de la derecha, que no se abandona. A unos 5 kilómetros se pasa por un arroyo, que puede llevar bastante agua y obliga a descalzarse, antes de la Casa de Charpona casi siempre cerrada. Desde aquí quedan 7 kilómetros. Se entra a Escalona por la Urbanización Los Cuervos. De frente, el Castillo vigilando el río Alberche. Se cruza por el puente: el arenal del río te invita a bajar a descansar, mojarte los pies, relajarte… Una cuestecilla te lleva a las puertas del castillo y del pueblo.
ESCALONA
El recorrido está marcado con cerámicas con vieira.
Esta ilustre villa de Escalona a orillas del Alberche, comenzó a sonar en la historia de Castilla allá por 1083, a raíz de la reconquista por Alfonso VI. En el siglo XIII vio nacer al infante Don Juan Manuel, nieto de Fernando El Santo, y alcanzó su máximo esplendor a mediados del siglo XV, cuando pasó a integrarse en el Señorío del omnipotente Condestable Don Álvaro de Luna, quien mandó edificar el impresionante alcázar-castillo que hemos visto.
Se conservan también parte de las murallas que encierran la población, incluida la puerta de San Miguel, sobre la que se alza la torre de la Colegiata. La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel conserva una talla de piedra de la Virgen con el Niño, del siglo XV. El monasterio de los franciscanos fue edificado en 1521. Tuvo dos hospitales: uno llamado de Santiago para albergue de peregrinos, y el hospital de San Andrés, fundado en 1527 por los Marqueses de Villena.
La plaza Mayor con soportales es para ver y ya se cita en el Lazarillo de Tormes, ya que fue en ella donde Lázaro, harto del ciego, le dejó medio muerto después de darle un buen guarrazo.
