Será esta una corta etapa, con demasiado recorrido por asfalto, por lo que es aconsejable disfrutar un poco más de Lugo antes de partir. Salimos de Lugo por la Puerta Miñá o Puerta do Carme, la más antigua de la muralla lucense, pudiéndolo hacer también por la Puerta de Santiago o Puerta del Póstigo, ambas descienden, la primera por lo que en su día fue la calzada romana, hasta cruzar el río Miño a través de un puente romano, del siglo I. Desde el barrio de A Ponte, al otro lado del río, existen dos variantes que se unen a poco más de tres kilómetros, bien siguiendo recto, en ascenso por la zona de As Areeiras o bien siguiendo el curso del río (nuestra opción), junto a las instalaciones deportivas y la capilla del barrio de San Lázaro, donde estaba situado el hospital de los leprosos. Girando a la izquierda para ascender al alto de Louzaneta y descender, tras rebasarlo, por una pista hasta alcanzar la N-540, que atravesamos por un túnel. Cruzamos una urbanización y tras ella la LU-232. Tras un cruce tomamos la LU-P-2901 en dirección a Burgo y San Román. Podemos evitar el asfalto caminando sobre la senda que discurre paralela a la carretera por el arcén derecho. Continuamos hasta Seoane, que atravesamos y seguimos por tierras del Mera hasta alcanzar la aldea de Carrigueiros, con su Casa Grande (pazo). Acompañados de magníficas vistas de la ciudad más adelante nos encontramos con la capilla de San Bartolomé do Burgo, seguida de la fuente de Ribicás y desde la que ascendemos hasta San Vicente do Burgo. Como disponemos de tiempo merece la pena desviarse, desde la parroquia de Poutomillos, a visitar el templo de Santa Eulalia de Bóveda, del siglo IV, declarado Monumento Nacional, por cuyo frente pasa la Vía romana XIX, que unía Bracara Augusta (Braga) con Lucus Augusti (Lugo). Tras retornar a nuestro camino, si hemos decidido visitar Santa Eulalia, y continuando por la LU-P-2901, esta vez sin senda, por asfalto, que tendremos que abandonar un poco más adelante por su derecha, cruzamos el regato de Mendo y pasamos por Bacurín, con su iglesia románica de San Miguel, junto al pazo del mismo nombre. Entre sendas y árboles alcanzamos de nuevo la carretera y caminamos junto a las aldeas de casa de O Paso y Hospital. En el kilómetro 87 a Santiago, un pequeño recodo recorta la curva de la carretera, pero volvemos a tomarla enseguida para pasar San Pedro de Abaixo y poco más adelante Taboeiro. Dejamos atrás el desvío a Crecente y siguiendo por carretera llegamos a la iglesia de San Roman de Retorta. El cementerio arropa la pequeña iglesia del siglo XIII.
Poblaciones, Servicios y Albergues
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