Nos despedimos de Salamanca con resaca estudiantil, y una vez desayunados en la Plaza Mayor, salimos por la calle Zamora, dirección a la plaza de toros y al estadio de fútbol, donde pronto abandonaremos la ciudad. La anchura de Castilla, con sus infinitos campos de cereales, nos acoge en Aldeaseca de Armuña, Castellanos de Villiquera y Calzada de Valdunciel. Esta pequeña población salmantina, se enorgullece de su pasado y su presente, recuperando viejos miliarios y acogiendo a modernos peregrinos, que, si dividen esta larga etapa, encontrarán aquí todo lo que necesitan. Los que prefieran continuar deberán aprovisionarse, ya que nos queda una larga caminata sin otra compañía que nuestros propios pasos. Camino de Santiago, carretera N-630 y autovía A-66, viajan en paralelo hacia el norte, y serán compañeros de senda por varios kilómetros. Sólo la vista de la prisión de Topas, y el cruce de la carretera que nos puede llevar al Castillo del Buen Amor, nos sirve de referencia en la inmensidad de los campos de Castilla. El Cubo de la Tierra del Vino es la primera localidad de la provincia de Zamora, pequeña población donde podremos descansar, para mañana poder cruzar las aguas del río Duero.