Antes de salir de Cáceres no debemos dejar de pasear por su plaza mayor, el arco de la Estrella, la concatedral de Santa María, el palacio episcopal y de los Golfines, y todas las calles y plazas de esta magnífica ciudad. Saldremos de ella pasando por su plaza de toros en dirección a El Casar. Famoso por su exquisita torta de queso de oveja, cuenta con varias ermitas, una de ellas dedicada a Santiago. Es un pueblo equipado con albergue que dispensa una cuidada atención al peregrino. Prepararemos agua y provisiones, pues nos separa un largo trecho. Por la calle Larga, salimos del Casar de Cáceres hasta retomar nuestro camino, que pronto nos depara la visión de varios miliarios y tramos de calzada que se han conservado milagrosamente. La senda discurre por una amplia dehesa hasta llegar al embalse de Alcántara. Aquí, la construcción de la presa dejó sumergida la población, quedando sólo a salvo de las aguas los restos del puente romano de Alconétar, trasladado más arriba. La torres de los Floripes emerge por encima del agua cuando baja el nivel de ésta. Puede llegar a enamorar este lugar de silencio, recreo y amplias vistas, donde las puestas de sol no nos dejarán indiferentes. Abandonamos las aguas del Alcántara en la confluencia del río Tajo y Almonte, y tras cruzar la ´-630 recuperamos la calzada dejada antes del embalse. Entre jaras y encinas continuamos nuestro camino hasta el puente medieval de San Benito, y de allí a Cañaveral, con su iglesia parroquial del siglo XV, la ermita de San Roque y la del Cristo del Humilladero.
[Descripción extraída de la Guía del Camino Mozárabe de Santiago, de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla]
Poblaciones, Servicios y Albergues
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