El edificio fue construido en 1763 por Torcuato DÃaz de Benjumeda. El mayor interés reside en el núcleo central del edificio ordenado en torno a un patio de verdadera monumentalidad neoclásica. Su disposición es el último eco en el siglo XVIII de la influencia del Patio de los Reyes del Monasterio del Escorial. Pasada la crujÃa de acceso al edificio por la puerta central el visitante sale a este patio teniendo enfrente la nobilÃsima fachada labrada en piedra, compuesta de pilastras lisas de orden jónico gigante que flanquean tres arcos de medio punto, de mayor diámetro y altura el central, encima de los cuales hay balcones apoyados en ménsulas y rematados por frontones, triangular el del centro y curvo los laterales. Un proporcionado entablamento de gran cornisa y llevando en el friso una inscripción en latÃn, no desdice con su sencillez de lÃneas del diseño de los elementos descritos. Sobre la cornisa un cuerpo ático con huecos que se corresponden con los de abajo corona la composición que por la pureza de sus lÃneas, la buena labra y la sobriedad arquitectónica puede ser comparada con lo mejor de la época.
Esta fachada interior, se alÃa con gracia y proporción a los dos costados laterales del patio que tienen arcos de medio punto de amplio diámetro, apoyando sobre columnas de mármol de liso fuste. En el interior del edificio se abre un espacioso patio con tres frentes de arquerÃa de medio punto que cabalgan sobre columnas toscanas. En el cuarto frente, de cara a la puerta, se alza el pórtico de la antigua iglesia, compuesto de arcos sobre soportes rectangulares. Sobre las claves se superponen vanos de ventanas coronadas por frontones curvos y triangulares alternando con balcones salientes sobre ménsulas. Pilastras jónicas de gran tamaño flanquean los vanos y arcos del pórtico, sustentando un sencillo entablamento de saliente cornisa.
El edificio es de una noble y proporcionada arquitectura y está situado en el paseo que bordea el mar frente al la isla Castillo de Santa Catalina. Su emplazamiento corresponde a lo que pudiéramos llamar la fachada de la ciudad hacia el mar. El proyecto de la obra o al menos la intervención decisiva en ella corresponde al arquitecto Torcuato DÃaz de Benjumeda, bien conocido por las obras que dejó en la ciudad de Cádiz.
El edificio es hoy sede de la Institución RodrÃguez de Valcárcel, dependiente de la Diputación Provincial y que, confiada a los P.P. Salesianos, comprende un conjunto de funciones en buen número, desde residencia, aulas, dormitorios, comedores, y talleres. Este antiguo hospicio fue habilitado. en la época de la constitución de 1812, para albergar las oficinas del gobierno, permitiendo asà que las instituciones del reino siguieran funcionando, entre ellas algunas tan importantes como la Casa de la Moneda.